Adelantar ingresos y postergar pagos

El gobierno se encamina a cumplir las metas acordadas con el FMI para diciembre, lo cual habilitará a un nuevo desembolso del organismo -en este caso de US$ 5.400 millones- en marzo del año próximo. Es conocido que la meta monetaria se viene cumpliendo porque se omite computar como financiamiento del BCRA al Tesoro la compra de títulos públicos con emisión que regularmente hace la autoridad monetaria para facilitar que en las licitaciones de deuda local se alcancen los objetivos del gobierno. Luego, parte o todos esos pesos se esterilizan colocando Leliqs o pases netos (con lo cual, los que terminan financiando al fisco son los depositantes). Esta operatoria aumenta la exposición de las entidades financieras al riesgo del soberano o del BCRA a niveles muy altos, alcanzando ya al 50% del activo.

En el caso de las metas fiscales y de reservas, su cumplimiento se logra adelantando ingresos y/o postergando pagos.

Las dos versiones del llamado “dólar soja” han sido atractivas para los productores, quienes liquidaron US$ 8.100 millones en septiembre y alrededor de US$ 4.000 millones adicionales hasta casi los últimos días de diciembre. Pero estos ingresos se pierden rápidamente porque una parte importante son ventas que, de todas maneras, se iban a concretar en los meses inmediatos siguientes. De hecho, la decisión de avanzar en un “dólar soja” 2 revela que la pérdida operaba rápido.    

También ayudó a mejorar las reservas netas la decisión de forzar al sector privado a financiar importaciones con deuda de proveedores o de la casa matriz. La diferencia acumulada en los primeros diez meses del año entre importaciones devengadas y pagadas es del orden de US$ 12.000 millones. Ese sería el aumento de deuda comercial que en algún momento las empresas querrán normalizar. A eso se suman montos acumulados relativamente más bajos de dividendos que no se dejan girar o de deuda financiera privada que se obliga a refinanciar.

No parece posible que durante el año 2023 se puedan repetir estas maniobras, lo que pone en riesgo la actividad económica, aún si el impacto de la sequía sobre la cosecha gruesa no resulta muy importante. De hecho, el PIB mensual muestra ligeras caídas en los últimos dos meses con información (septiembre y octubre), la actividad industrial ha caído a los niveles del segundo trimestre del año y la construcción a los niveles del tercer trimestre del año 2021.  

En el frente fiscal, llevamos cinco meses consecutivos de caída interanual del gasto primario medido en moneda constante. Si se considera el período julio a noviembre, el gasto sin intereses fue 6% más bajo en 2022 que el observado en el mismo período de 2021. Sin embargo, hay elementos transitorios que se revertirán en el futuro cercano, sobre todo si el gobierno lograra reducir la inflación.

Por ejemplo, casi la mitad de la reducción del gasto primario se explica por una caída en las prestaciones sociales. Como las jubilaciones y la asistencia social se indexan en base a incrementos nominales ocurridos en el pasado, cuando se acelera la inflación pierden en términos reales, pero eso se compensa cuando el aumento de precios pierde intensidad.

Otro 42% se explica por menores pagos de subsidios al sector privado (energía y transporte son los principales), cuando el devengado de este rubro debería haber aumentado como consecuencia de los mayores costos de la energía importada.

Las transferencias discrecionales corrientes a las provincias se redujeron 23% en términos reales, aportando otro 15% a la reducción del gasto primario. Pero los gastos de capital (incluyendo los que hace el Tesoro y las transferencias a gobiernos subnacionales), aumentaron 32% por encima de la inflación.

En un año electoral, no es claro cómo hará el gobierno para mantener este ajuste de caja. Además, el adelanto en la liquidación de divisas del campo aportó ingresos fiscales por retenciones que se dejarán de cobrar en los meses siguientes.

Adelantar ingresos y postergar pagos tanto de pesos como de dólares está detrás de la mejora fiscal y de reservas. Una vez más, se gana tiempo tratando de pasarle los costos al gobierno que sigue.  


Daniel Artana

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