Alguna buena noticia

El año 2021 terminó con indicadores socioeconómicos que mostraban un panorama de recuperación. De acuerdo a la Encuesta Permanente de Hogares, el empleo continuó creciendo, recuperando los puestos perdidos desde la pandemia y logrando la tasa de desocupación más baja desde comienzos de los 90.


A partir del tercer trimestre de 2020, se empezaron a recuperar los empleos perdidos durante la cuarentena, aunque recién en el tercer trimestre de 2021 el empleo superó el nivel previo a la pandemia.

En el último cuarto de 2021 se crearon 354 mil puestos de trabajo, lo que llevó al empleo a ubicarse 1,5 millones por encima del año anterior. Esto representa un aumento de 1,9% en el trimestre y 8,4% de crecimiento respecto al final de 2020.

La evolución del empleo ha sido, como es de esperar, diferente según el tipo de contratación. El empleo que más creció en el año fue el empleo asalariado privado formal –que se expandió un 16,2%- mientras que el empleo asalariado informal creció un 14,3%.

Por otra parte, dentro del empleo por cuenta propia, la cantidad de trabajadores no registrados cayó un 12%, mientras que la de los registrados, creció un 13%, con lo que, si bien el conjunto de esta categoría de empleo se mantuvo, hubo un traspaso hacia el sector formal importante.

Esta expansión logró recuperar los empleos totales perdidos desde 2018, mientras que los empleos informales son los únicos que no han crecido, revelando una reducción de la informalidad.  

Gráfico 1

La informalidad laboral total (que incluye asalariados y no asalariados) se ubicó en el menor nivel histórico (excluyendo los registros de mediados de 2020 que estuvieron influenciados por las restricciones a la movilidad, lo que hizo que los trabajadores informales aparecieran en las encuestas como fuera del mercado).

La informalidad laboral comenzó a reducirse hace varios años atrás, a partir de la aparición de nuevas modalidades de registración, como la de trabajadores de casas particulares y el monotributo, que con un aporte muy menor al de los trabajadores en relación de dependencia permite ingresar a la seguridad social.

Gráfico 2

No solo la informalidad muestra una importante reducción, sino que el crecimiento del empleo derivó en una caída importante en la desocupación: se redujo en 700 mil personas en el último año, ubicando la tasa de desocupación en el 7%, el menor registro desde comienzos de 1991.

Gráfico 3

La expansión del empleo no estuvo, sin embargo, acompañada por un crecimiento del salario. Si bien el salario real en sus diferentes mediciones no registra caídas en el sector formal –sí en el informal- en el último año, el poder de compra de los salarios en términos reales se ubica algo por encima de 2019 pero por debajo de cualquier registro desde el año 2005.

La aceleración de la inflación a comienzos de este año, ponen en duda que el salario real pueda sostenerse, mientras que los desequilibrios económicos, reducidos en alguna medida por la negociación con el FMI, y la complicación que genera el conflicto bélico actual ponen nubes en el horizonte cercano sobre el comportamiento del mercado de trabajo.


Nuria Susmel

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